El proceso comunitario de la Fe en Jesús 30 de junio de 2.024
Música
Presentación. – Nos vamos de vacaciones. Pero el hecho de que dejemos de vernos o de que migremos, que cambiemos temporalmente de residencia, no supone que nos tomemos unas vacaciones en lo que creemos, en el seguimiento del mensaje de Jesús.
En este periodo de verano, la comunidad continúa con sus compromisos. También cada uno de nosotros los mantenemos en el nivel que cada cual elige: denuncia, compromiso social, activismo… Algunos, quizá no todos, siguen celebrando la eucaristía, si bien ahora en otros entornos, para recordar el “haced esto en memoria mía”.
Pero no arrumbamos la mochila del curso para coger otras maletas. Nuestro trabajo y nuestra reflexión deben seguir. Por ello, en esta última celebración hemos creído oportuno una mirada atrás, a lo que ha sido más significativo del curso. Creemos que lo más destacado ha sido nuestra reflexión sobre lo que significa la fe de cada uno vivida personalmente y en el entorno de la comunidad. Hemos dedicado mucho tiempo a pensarlo y a tratar de descubrirlo en nosotros analizando prácticas y creencias que han estado desde siempre fuertemente asentadas en nuestro vivir.
Pues esa mirada es la que queremos reflejar hoy. Evidentemente, en una celebración no hay espacio para reproducir un debate tan rico y profundo, pero sí para dar unas pinceladas, un resumen de lo que cada uno hemos descubierto y de lo que ha supuesto en el enfoque de nuestro seguimiento y, posiblemente, como impulso para el nuevo curso. Nos vamos de vacaciones, sí, pero… no nos vamos de vacaciones.
Hemos desarrollado este curso una reflexión comunitaria abierta sobre la fe, o confesión personal de fe, que creemos que ha sido muy útil como comunidad. En este último día del curso nos ha parecido muy conveniente hacer un refresco para llevárnoslo de vacaciones para que sirva de afianzamiento y de trampolín para el próximo curso.
Lecturas
Éxodo 20, 9-10. Seis días trabajarás y harás todos tus trabajos, pero el día séptimo es día de descanso para Yahveh, tu Dios. No harás ningún trabajo, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu ganado, ni el forastero que habita en tu ciudad.
– Canción: “Cuando el pobre nada tiene” nº 62 pg. 52.//
Marcos 6, 30-34. Los apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y lo que habían enseñado.
El, entonces, les dice: «Venid también vosotros aparte, a un lugar solitario, para descansar un poco.» Pues los que iban y venían eran muchos, y no les quedaba tiempo ni para comer.
Y se fueron en la barca, aparte, a un lugar solitario. Pero los vieron marcharse y muchos cayeron en la cuenta y fueron allá corriendo de todas las ciudades y llegaron antes que ellos.
Y al desembarcar vio mucha gente y sintió compasión de ellos, pues estaban como ovejas que no tienen pastor.
“Juntos para soñar” nº 7 pag.52
Introducción al diálogo. Nuestra primera comunicación comunitaria abierta sobre la fe, o confesión personal de fe, pensamos que requiere una reflexión que nos haga más comunidad.
¿Increencia o descreencia?: Hemos abandonado prácticas y creencias hasta el punto de que alguien se pregunta si no hemos ido demasiado lejos. Nos preguntamos qué sentido tiene nuestra generalizada descreencia: A) liberarnos de un lastre ideológico pretérito, a veces mítico, incompatible con la racionalidad de nuestro tiempo. B) liberarnos de una autoridad impositiva, conforme al “atrévete a pensar” de una Ilustración por la que apenas ha pasado la Iglesia. C) Liberarnos más difícilmente también de un propio pasado emocional unido a prácticas y creencias fuertemente asentadas en nuestro vivir: El niño Dios de Belén, María madre de Dios y mediadora nuestra, sacramentos vividos cuasi mágicamente…acercarnos a una pura consciencia expectante ante el Misterio de la Realidad,
¿Qué se dice cuando se dice “creo en el Dios de Jesús”?: Se dice, en primer lugar creo en “el Reino de Dios” de justicia, amor y perdón que Jesús predicaba y vivía (Alguien dice: estamos más en la praxis del amor que en el pensamiento) Pero, ¿está Dios en esta visión de la existencia humana que pueden tener otros? Creer en el Dios de Jesús no es necesariamente creer en el Dios en que Jesús creía conforme a su tiempo y su cultura judía: un Dios persona y padre, que está en los cielos y a quien se pide el pan, que nos perdone las ofensas o deudas contraídas contra él, y que nos libre de tentaciones y del mal. .. Cuando rezamos hoy el “padrenuestro” en comunidad lo rezamos por así decir in situ con los discípulos y con los cristianos de la historia cristiana multisecular, no con las mismas creencias, pero sí con la misma fe en un Dios encarnado en la humanidad y en la historia.
(Se está claramente en una “teología ascendente”, no es Dios que se hace (físicamente, ónticamente) hombre, estamos en otra forma no menos trascendente de entender la “encarnación” como decir: Jesús es la revelación de Dios, “el Verbo, la palabra, se hizo carne” de Juan evangelista.)
¿Qué se cree cuando se dice “creo en Jesús hombre histórico, pero con un plus, un algo más?, parece que se alude no simplemente a un hombre excepcional, sino que vislumbramos a un Dios en la penumbra, inconcebible e innombrable. Hay quien dice creo en Jesús con algo divino si admito la resurrección (“si Cristo no ha resucitado vana es nuestra fe”). Y “la resurrección”, lo mismo que “la encarnación”, no necesariamente, dicen otras/os en la comunidad tiene que llevarnos a una creencia mítica, Jesús, el Cristo, se encarna y resucita en seres humanos y en la historia
Ofrendas
Anáfora
Grupo: El Señor está con vosotros.
Todos: Y con tu espíritu
Grupo: Te bendecimos Padre y te damos gracias porque eres Amor y Comunión y siembras en nosotros sentimientos de compasión y solidaridad.
Grupo: Invocarte como Padre nos hace sentirnos hermanos, no sólo entre nosotros que nos reunimos en tu nombre, sino de todos los hombres y mujeres que pueblan la tierra y aun de toda la creación, obra de tus manos.
Grupo: Señor Jesús nos disponemos a recordar aquella cena en la que te ofreciste para ser compartido entre todos. Y estando reunido con sus discípulos tomó el pan, lo bendijo, lo partió y repartió diciendo:
Todos: Tomad y comed todos de él. Esto es mi cuerpo que se entrega por vosotros.
Grupo: Del mismo modo, tomaste la copa llena de vino, diste gracias al Padre y la entregaste a tus discípulos diciendo:
Todos: Tomad y bebed todos de él porque éste es el cáliz de mi sangre. De la Alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por todos para el perdón de los pecados. Haced esto en memoria mía.
Grupo: Este es el sacramento de nuestra fe.
Todos: Anunciamos tu muerte, proclamamos tu Resurrección, ven Señor Jesús.
Grupo: Que nadie encuentre cerrada la puerta de nuestra asamblea ni de nuestros corazones; que nuestra actitud acogedora sea transmisora de tu amor allí donde vayamos.
Grupo: Así podemos invocarte como Padre:
Todos: Padre Nuestro…
Acción de gracias. Te damos gracias, Jesús, por la fuerza que nos ha transmitido tu vida. Vamos constatando que no eludimos lo esencial de tu mensaje, ni lo enmascaramos. Sabemos que el amor fraterno como eje central nos lleva comunitariamente a trabajar por la justicia, la paz y la igualdad.
Te damos gracias, Jesús, porque al intentar seguir tus pasos nos reunimos en torno a tu palabra, y vamos profundizando en lo esencial que es poner la vida al servicio de los demás.
Te damos gracias, porque vamos siendo más sensibles al dolor de los demás y tratamos de actuar ante la violencia que lo produce.
Nos proponemos mantener nuestro agradecimiento en estas vacaciones que ahora empezamos, con el espíritu de continuar en el seguimiento de tu mensaje y de mantener tu memoria.
- Canción: “Somos un pueblo que camina” nº 10 pg. 8