Duda e incertidumbre: Entre la Resurrección y Pentecostés          5 de mayo de 2019

Introducción Tras el silenciado de los móviles y el saludo a todos los que hace más tiempo que no vemos (opción a presentación de nuevos o de noticia que alguna persona quiera compartir), os invitamos a iniciar y compartir esta celebración.

Hay un cuadro de Caspar David Friedrich en el Museo Thyssen titulado “Mañana de Pascua” que os lo hemos copiado en la anáfora pero que os recomendamos verlo en el museo o al menos bajarlo de internet en tamaño grande.

Tres mujeres caminan hacia una luz difusa por un paraje inhóspito. Vuelven de la cueva/ sepulcro donde habían depositado dos días antes el cuerpo de Jesús su maestro y amigo. El sepulcro estaba vacío. Dice Lucas, en el pasaje que luego leeremos, que dos hombres se les aparecieron diciendo que no temieran, que aquel a quién buscaban había resucitado.

El cuadro representa muy bien e

l sentimiento de desolación, de perplejidad y sobre todo de duda, que debieron sentir aquellas mujeres.

En nuestra celebración de hoy queremos reflexionar y también poner en la mesa común a partir de este tiempo litúrgico de espera  entre la muerte de Jesús y la llegada del espíritu de Pentecostés, nuestras actitudes de duda, de incertidumbre, de desolación, que muchas veces nos atenaza

 

n en nuestros compromisos del trabajo por un mundo mejor.

Leeremos también un pasaje de la primera carta a los Corintios y una reflexión sobre el porqué de la muerte de Jesús en la cruz

  1. 2. Lectura: Lucas 24, 1-12
  2. 3. Reflexión sobre el porqué de la muerte de Jesús en la cruz.
  3. 4. Lectura: Corintios 15, 3
  4. 5. Palabra de la comunidad.

Nosotros, como San Pablo, creemos y retransmitimos lo que hemos aprendido y recibido de nuestros antepasados, es decir que Jesús, Cristo murió según las Escrituras, que fue sepultado y que resucitó al tercer día según las Escrituras.

Después de más de dos mil años de elucubraciones y disputas teológicas, además de verificaciones arqueológicas seguimos diciendo lo mismo que Pablo. Seguimos, a menudo, con las mismas dudas que los discípulos, en una noche oscura, al anuncio del sepulcro vacío. No creyeron.

Recordemos los discípulos de Emaús o a Tomás que no cree lo que le cuentan sus compañeros. La duda reinaba en el espíritu de aquella gente. Tardaron mucho en entender la presencia del Espíritu del Señor, del Señor resucitado, y nosotros sufrimos aún hoy el mismo proceso pues escapa a toda verificación científica.

Intentemos compartir nuestra fe o nuestro caminar a este respecto.

6.- Ofrendas: de la oscuridad que crea la duda, a la luz

  • La noche oscura (S. Juan de la Cruz)
  • Vela → luz
  • Flores (estamos en Pascua florida)
  • Pan/vino/bolsas

Te presentamos Señor, este pan y este vino, como signos significativos de nuestra unidad en la diversidad; juntando nuestra voluntad de reunir a los dispersos, invocando tu compasión por los pobres y marginados, tu protesta por cualquier abuso de poder, con la esperanza de poder compartir este don que nos ofreces al convertirlos en comunión de tu cuerpo y de tu sangre.

Todos: Bendito seas por siempre Señor.

7.- Anáfora

1.- La Paz sea con vosotros.

Todos: -Y con tu espíritu.

2.- Dijo Jesús: “Es necesario que se cumpla todo lo que ha sido escrito en relación a mí en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos. Estaba escrito que Cristo sufriría, resucitaría de entre los muertos y que se proclamaría la conversión en su nombre para el perdón de los pecados. A vosotros os toca ser testigos.”

Todos:- Señor ten piedad, Cristo ten piedad, Señor ten piedad.

3.- Con este Espíritu de reconciliación, Señor, nos atrevemos en torno a esta mesa de tu invitación, venir con nuestras vivencias, nuestras dudas e incertidumbres, ilusiones y esperanzas, con nuestros problemas y preocupaciones.

Todos:- Buscamos, Señor, sin descanso tu fuerza y tu Espíritu para consolidar nuestra fe, pues somos lentos para creer todo lo que los profetas anunciaron y tú lo llevaste a cabo.

4.- Quédate con nosotros, Señor, para que una vez en esta mesa, tomes el pan en tus manos, pronuncies la bendición, lo partas y repartas diciendo:

Todos:– “Tomad y comed, esto es mi cuerpo que será entregado por vosotros

5.- Del mismo modo, acabada la cena, tomó la copa llena de vino, dio gracias al Padre y la entregó a  sus discípulos diciendo:

Todos: – “Tomad y bebed, todos de él, porque éste es el cáliz de mi sangre de la Alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados. Haced esto en memoria mía.”

6.- Este es el sacramento de nuestra fe.

Todos: – Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. ¡Ven Señor Jesús!

7.- Vamos a recordar a nuestros hermanos y hermanas, que nos han precedido, en particular, nuestros compañeros y compañeras de esta comunidad, así como nuestros parientes, amigos y amigas, todos los emigrantes africanos y africanas que han quedado abandonados a su suerte en el desierto o ahogados en el mediterráneo. (Un momento de silencio)

8.- Fieles a sus enseñanzas y mensajes, nos unimos en un mismo sentir, y decimos la oración que El mismo nos enseñó.

Todos: –  Padre nuestro…

9.- Una vez reconciliados con Dios y con la comunidad démonos fraternalmente la Paz

10.- Dice el Señor: “Quien come mi cuerpo y bebe mi sangre tiene la vida eterna, permanece en mí y yo en él.” Con la humildad del centurión romano sepamos acoger el pan compartido diciendo:

Todos: Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa, pero di una sola palabra y mi alma quedará sana.”

8. Comunión.

  • Comunión
  • Padrenuestro

9.- Acción de gracias.

Hoy hemos reflexionado juntos, sobre y desde la duda y la incertidumbre. La incertidumbre que dejó tu muerte tras el sacrificio de la cruz por todos nosotros. Tú, Cristo Jesús fuiste torturado, muerto y sepultado, y tras ello quedó el vacío, la noche oscura y la duda. Ahora ¿qué? el Cristo que predicaba la llegada del Reino había muerto como un hombre más, pero no, el gran misterio fue que resucitaste, la tumba estaba vacía y la esperanza empezó a abrirse camino en la espera de la llegada del Espíritu, por todo ello te damos gracias, porque de la duda y la incertidumbre de la tumba vacía, tu palabra nos conduce a la fe de la Luz de tu resurrección. Te damos gracias porque asumiste la muerte para el perdón de nuestros pecados y ese sacrificio que rememoramos en cada Eucaristía ilumina nuestra fe en ti y en tu Espíritu.

10.- Avisos

11.- Despedida: Que la paz del Señor nos acompañe allí donde vayamos: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.