ANAFORA 6 de febrero de 2.011
1.- De pie, juntos y alrededor de la mesa eucarística, nos disponemos a celebrar la vida de Jesús de Galilea y a darle gracias por su ejemplo de vida, por mostrarnos cómo es el Padre, por acercarnos a Él.
2.- En solo tres años de tu vida fuiste capaz de devolver la esperanza al mundo con un mensaje nuevo de fe y optimismo en el futuro de la humanidad.
3.- Y nos elegiste como discípulos, como seguidores. Porque en aquellos pescadores y gentes humildes de Galilea estabas eligiéndonos a todos y diciéndonos “Seguidme”.
TODOS.- Y nosotros queremos responder a tu llamada. Queremos ponernos en camino, queremos ir tras de Ti. Aunque nos cuesta, aunque no somos capaces de dejarlo todo y seguirte. Pero queremos responder a tu invitación y te alabamos: SANTO, SANTO, SANTO…
4.- Gracias por habernos hablado de un nuevo orden de cosas en que el amor y la misericordia deben ser los motores de esta nueva humanidad que tú llamaste “Reino”. Gracias por indicarnos el camino no sólo señalándolo, sino poniéndote las sandalias y yendo delante. Gracias por dejarnos tu ejemplo
5.- Nos enseñaste a amar a Dios sobre todas las cosas. Pero no lo pusiste en el cielo etéreo sino en nuestros semejantes. Interpelaste nuestra conciencia para saber renunciar al yo en bien del nosotros. Nos animaste a que mostremos nuestra disponibilidad hacia los que nos necesiten. “No miréis al cielo”, nos dijiste, “porque vuestro compromiso está en la tierra: en sentiros corresponsables de mi misión en el Reino”.
6.- Tu mensaje es para nosotros a la vez una invitación y una exigencia. A imitar tu ejemplo, a seguirte, a no buscar excusas, a no sólo decir que te seguimos sino a dar pasos adelante aunque a veces fallemos. Es un mensaje exigente, pero no intransigente.
TODOS.- Queremos ser discípulos tuyos, queremos merecer estar en torno a tu mesa en la que te reuniste por última vez con tus amigos. Reunidos nosotros en torno a esta mesa, recordamos aquella noche en que, reunido con los tuyos, compartiste el pan y dando gracias al Padre dijiste:
TOMAD Y COMED TODOS DE ÉL, PORQUE ESTO ES MI CUERPO QUE SERÁ ENTREGADO POR VOSOTROS.
7.- Y recordamos cómo tomaste la copa, diste gracias y la ofreciste a tus discípulos diciendo:
TODOS.- TOMAD Y BEBED TODOS DE ÉL PORQUE ESTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE, SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA, QUE SERÁ DERRAMADA POR VOSOTROS Y POR TODOS LOS HOMBRES PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS. HACED ESTO EN MEMORIA MÍA
8.- Este es el sacramento de nuestra fe
TODOS.– Anunciamos tu muerte, proclamamos tu Resurrección, ven Señor Jesús
9.- Estás con nosotros, Señor; sentimos tu presencia y tu voz. Sentimos tu llamada. Ayúdanos a ser coherentes, a avanzar, a estar siempre disponibles para quien nos necesite.
10.- A veces nos han presentado tu seguimiento como una permanente renuncia. No han entendido nada. No se trata de renunciar sino de elegir lo que de verdad es bueno para nuestro auténtico ser. Dios quiere nuestra plenitud.
11.- Que tu mensaje nos interpele y nos ayude a avanzar. Que el ejemplo de quienes han demostrado ser auténticos discípulos tuyos, como Samuel Ruiz, que se reunió contigo recientemente, nos sirva de guía.
TODOS.- Que entendamos que tu seguimiento no es una renuncia. Que no hemos de renunciar a la familia ni al trabajo ni a una vida digna. Que entendamos que estás identificado con nosotros. Que la mayor gloria de Dios es que sus criaturas lleguen a su plenitud.
12.- Igual que tus discípulos dejaron las redes y te siguieron, queremos nosotros dejar las nuestras, las que nos apresan y no nos dejan ser libres, las que nos hacen estar atados a lo nuestro, las que nos dificultan para movernos libremente, salir de nosotros y ver qué hay más allá.
TODOS.- Ayúdanos y ayuda a todos los que luchan, entregados a los demás, para que sigan construyendo tu reino allá donde estén. Brindamos por ellos:
POR CRISTO, CON ÉL Y EL ÉL…