Crecimiento en la fe 2 de Febrero de 2003.

PRESENTACIÓN – INTRODUCCIÓN

En tu nombre. Señor, y contigo entre nosotros, como el presidente único de nuestra reunión; y recogiendo el testigo que nos dejó Jesús, tu Hijo y nuestro Hermano; y con la fuerza de tu Espíritu, que mueve nuestra comunidad, comenzamos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,

CELEBRACIÓN DEL PERDÓN

Hoy vamos a volver sobre nuestros pasos, como comunidad.

Años 70, en que casi teníamos que inventamos en qué podría consistir una comunidad parroquial universitaria, Años 80 avanzados, en que tuvimos que dejar un lugar privilegiado y casi empezar de nuevo, en lugar humilde, en el corazón de la ciudad. Hasta hoy, cuando queremos reconciliamos contigo y con nosotros mismos.

Con la verdad de nuestra pequeñez; con nuestra realidad de vanas presunciones; con la única seguridad de querer hacerlo bien; con la garantía de que Jesús estará con nosotros siempre;

Todos, Somos hechura de tus manos y nos volvemos hacia ti, Señor.

 

G1Aquí estamos con cansancios y abandonos, con ilusiones frustradas, con errores nunca subsanados, con toda nuestra debilidad, que tú conoces-

Todos. Somos hechura de tus manos y nos volvemos hacia ti. Señor

Eso somos nosotros: barro y arcilla un poco enamorada.

Caña ufana que desafía al viento-árbol plantado en la comente de agua.

Todos. Somos hechura de tus manos y nos volvemos hacia ti. Señor.

Grupo Sólo tú eres constante y real y aciertas siempre y serás fuerte. Tú eres el alfarero, el viento que nos zarandea y la corriente de agua que nos alimenta

Todos. Somos hechura de tus manos

Y no volvemos hacia, ti, Señor.

Pedirte perdón y perdonarnos es sentirnos hoy contentos de ser obra tuya y de haber llegado a dónde estamos y de estar dispuestos a ir tan lejos, como tú quieras llevamos.

Reflexión

Como la caña que azota el viento, como la caña que se dobla, pero no se rompe, cañas pensantes dijo Pascal que somos. Y como la caña nos hemos visto sacudidos por los vientos: los vientos, los huracanes, desatados por el paso de una religiosidad tradicional e impersonal a una religiosidad critica y personal; los vientos del cambio histórico de una dictadura paternalista a una democracia individualista, los vientos del tránsito de una sociedad moderna a una sociedad postmoderna, donde el esfuerzo, el sufrimiento, el riesgo, están siendo sustituidos por la autocomplacencia,  seguida a cualquier precio (incluido el de la libertad» y el hedonismo, y la utopía oscurecidas por el expolio global.

Nosotros cañas pensantes, hemos capeado los temporales enraizados en el suelo fértil de la comunidad. Una comunidad demasiado acomodaticia y poco comprometida, pero que no ha dejado de avanzar y crecer en la fe.

Muchos hemos aprendido aquí a vivir con la duda, a asumir la libertad de dudar, a movernos en esa frontera de la razón abierta a la trascendencia.

La evolución de la comunidad es bien conocida y todos sabemos que ahora, al asumir un sacerdocio comunitario, estamos ante otra frontera. Pero lo que os preguntamos es por vuestra evolución personal y para no alargamos os planteamos dos preguntas:

¿Cómo ha influido la comunidad en vuestro crecimiento en la fe?

– Y, segunda pregunta y más importante, ¿qué le pedís a esta comunidad para que vuestra fe siga creciendo en el momento presente y ante los desafíos del tiempo histórico y del momento personal de cada uno?

Anáfora

Tan necesario, como pedirte perdón, es para nosotros necesario, Señor, darte gracias, alabarte y bendecirte porque has estado grande con nosotros. Con Jesús y en comunidad encontramos la plenitud.

Nosotros solos no hubiéramos resistido tanto tiempo. Ni hubiéramos superado las continuas dificultades que han surgido, sin la inspirada sabiduría de nuestros compañeros sacerdotes, sin el estimulo de compañeros que entregan su discreción y su tiempo en las tareas del Consejo Jesús y en comunidad encontramos la plenitud.

Muchos de nosotros no estaríamos aquí si no hubiéramos percibido tu presencia en la presencia fiel de todos, en el compromiso creciente y diversificado de muchos, en la comente de vida Interior y exterior, que nos hace comunidad.

Con Jesús y en comunidad encontramos la plenitud-

Por todo ello le damos gracias. Lo celebramos cada domingo y cada día en que nos reunimos. Confiamos en que este resultado de nuestro quehacer de años sea un granito de arena en la construcción de tu Reino, un aire de paz para quienes sólo piensan en justificar la guerra un momento d^ alegría para quienes lo necesitan de fuera y un aliento de esperanza para quienes lo construyen con sus fuerzas. Con Jesús y en comunidad encontramos la plenitud En todo y en todos tú sólo eres. Santo, Santo, Santo…

Tú conoces. Señor, el proyecto interior de cada uno de nosotros y el proceso compartido de la comunidad.

No nos resignamos a ser como niños, que no saben tener opinión y tomar sus decisiones. Nos repugna aceptar esa filosofía imperante que someta todo a la ley del mercado, nos quiere reducir a agentes poderosos de consumo y borra del mapa a quienes no tienen capacidad de consumir,

Nos hemos hecho consciente y tercamente críticos; nos exigimos análisis rigurosos de la realidad social, política, religiosa; queremos ser exigentes con nosotros mismos en compartir y repartir los bienes de esta vida, en respetar este planeta en el que vivimos todos, no sólo unos pocos, y en el que deben poder vivir todos después de nosotros,

Se nos rechaza por ello. Señor,

Algunos llegan a ser excluidos de la comunión eclesial..

Pero ¿no es esto? Señor, lo que haría Jesús hoy?

De aquí surge nuestra actitud convencida, compuesta de pensamiento crítico, de sentimientos humanos y de vida, que sólo así puede ser y llamarse cristiana,

Dínoslo tú. Señor, pues lo anhelamos. Y por ello nos reunimos, también tercamente, alrededor de Jesús, tu Hijo y Nuestro Hermano. Porque Él nos lo mandó y en su recuerdo se asienta nuestra vida.

Cuando, reunido en torno a una mesa de total comunión, dijo a sus amigos