CELEBRACION DE LA CONVERSION COMUNITARIA 20 de diciembre de 2.013
¿Qué tenemos que hacer?
1.- PRESENTACIÓN
La idea central de esta celebración del perdón comunitario se centra en la proclama de Juán el Bautista: ¡Convertíos, que está cerca el reinado de Dios!
El evangelio de Lucas nos aclara en qué ha de consistir esa conversión. No tanto en un cambio repentino de personalidad, sino en un cambio de actuación en nuestra vida cotidiana. Plantearnos cambiar la forma de ser es una tarea hercúlea y, con frecuencia, vana. En cambio, enderezar nuestra forma de actuar está, incluso a nuestra edad, más al alcance.
¿Qué tenemos que hacer?, le pregunta el pueblo al Bautista. Y ya conocemos la respuesta: “Dad frutos de vuestra enmienda… y no os conforméis con decir ya somos hijos de Abrahán”.
Si queremos participar en “abrir el camino del Señor, rebajar los montes inaccesibles, rellenar los valles y socavones, o enderezar lo torcido y lo escabroso…”, para acercar aquí y ahora el reinado de Dios, lo prioritario es cuestionarnos lo que hacemos o dejamos de hacer.
Y para encontrar las respuestas adecuadas hoy, habremos de hacernos las preguntas que hoy tienen mayor significado para nosotros, cuestionando cómo hemos de actuar en la coyuntura histórica que nos toca vivir, en medio de la realidad de la que somos parte.
Entendemos que en eso consiste la conversión a la que somos llamados, en entretejer respuestas prácticas sobre lo que hacemos indebidamente o sobre lo que no hacemos y debiéramos, a favor de la justicia, de la compasión radical ante las víctimas y de la capacidad para testimoniar la fraternidad. Nos preguntaremos, en definitiva, sobre nuestro compromiso de anunciar con la propia vida, no sólo con palabras, que el Reino de Dios es una utopía de nueva humanidad para todos, sin exclusión.
2.- CANTAMOS: “Pregonad que llega el reinado de Dios”, pg. 71. Estrofas 2, 3, 4
3.- LECTURA del EVANGELIO: la Predicación de Juan Bautista (Luc. 3, 4-15)
4.- Breve SILENCIO. Música de fondo
5.- Las PREGUNTAS QUE NOS HACEMOS HOY:
Convertíos, está cerca el reinado de Dios. Las multitudes le preguntaban a Juán: -¿Qué tenemos que hacer?. Nosotros, como comunidad, nos hacemos también preguntas hoy en busca de respuestas que nos ayuden a hacer real en nuestros días las palabras de Isaías de “abrir caminos, allanar y enderezar senderos, rellenar los valles y abajar los montes y colinas”.
Nos hacemos preguntas que orienten el sentido de nuestra conversión para superar el pesimismo y la desconfianza, el miedo a la inseguridad, la resignación que niega que otro mundo sea posible, o el puritanismo de no mancharnos las manos en el fango de la historia.
Ofrecemos algunos de esos interrogantes, con la invitación a pensar nuestra posible respuesta, bien para expresarla al final en voz alta, bien para archivarla en el cálido silencio de nuestro corazón.
1ª.-¿Qué colaboración prestamos en la lucha por la Justicia? ¿Podemos incrementarla y mejorarla?
2ª.-¿Nos sentimos corresponsables del sufrimiento de las víctimas de nuestro sistema social: desahuciados, parados sin ingresos, presos, personas sin techo, inmigrantes…, etc? ¿Intentamos comprometernos, de manera más o menos sistemática, con los grupos que trabajan a nuestro alrededor: asambleas de barrio, asociaciones activas de nuestra zona, plataformas…, etc.?
3ª.-¿Hacemos esfuerzos suficientes para estar al día de lo que ocurre contrastando debidamente las informaciones que nos llegan? ¿Compartimos la información más relevante con nuestras redes de amigos y conocidos, así como los textos que las analizan desde la óptica de los oprimidos?
4ª.-¿Compartimos en suficiente medida nuestro tiempo y nuestros recursos económicos con las víctimas de la desigualdad y la exclusión social?
5ª.-¿Qué sentimientos despierta en nosotros, en nuestra vida cotidiana, el cara a cara con las víctimas de la pobreza o de la marginación?
6ª.- La fuerza y la riqueza que nos aporta la comunidad ¿nos ayudan a cuestionar nuestro nivel de vida y a rebajar nuestras necesidades y seguridades para compartir más con quienes más necesitan?
7ª.- ¿Nos importa de veras la construcción de una iglesia de base, comprometida y pobre, viviendo a la intemperie en una sociedad laica, o nos conformamos con distanciarnos de la Institución y criticar a nuestros jerarcas desde posturas de cómodo anonimato?
Invitamos a que quien lo desee a expresar en alta voz sus reflexiones.
6.- ORACION COMUNITARIA del perdón.
Señor Jesús, Hoy, que ésta comunidad se prepara para celebrar, un año más, tu presencia entre nosotros, queremos pedir perdón por nuestras incoherencias y debilidades, y darte gracias por Tu llamada a cambiar nuestro actuar.
Agradecemos, especialmente, tu invitación a combatir
-nuestros miedos, que nos paralizan y nos sirven de justificación para no compartir más allá de lo habitual;
-nuestras desesperanzas ante la falta de inmediatos resultados, que nos llevan a dar la espalda a la realidad;
–En definitiva, nuestra falta de acción capaz de contagiar y motivar al cambio que es posible.
Sabemos de las dificultades pero, queremos que los compromisos, a los que nos has invitado en esta celebración sean una realidad, que junto con otros, hagan posible una ciudadanía crítica, reflexiva y activa, capaz de crear las condiciones en las que una nueva humanidad pueda vivir dignamente, sin exclusiones, sin víctimas, en armonía con la Tierra y con la alegría de creer que el Reino de Dios está cerca.
7.- CANTAMOS: Padre nuestro de la Justicia, pg. 92
8.- GESTO DE RECONCILIACIÓN: Abrazo de PAZ y PERDÓN (Gloria)
Como expresión de la reconciliación plena que comporta el Reino de Dios y anticipo que se cumple ya entre nosotros nos damos la Paz, en señal de perdón, solidaridad y alegría en el compromiso.