La hora de la verdad de las víctimas    28 de febrero de 2021

  1. Presentación

Traemos hoy a esta Mesa de la fraternidad a que nos convoca la memoria de Jesús, tanto los logros educativos de nuestra colaboración solidaria con las comunidades del Bajo Atrato (Colombia), como –sobre todo- los anhelos y esperanzas de multitud de otras comunidades campesinas que viven un momento trascendental en el largo proceso de construcción de la Paz en el país.

Como todos sabemos, Colombia ha vivido durante más de 60 años un conflicto armado que ha supuesto cientos de miles de muertos, desaparecidos, secuestrados, desplazados forzosos, víctimas de violencia sexual, menores reclutados, exiliados…etc. y un largo etcétera de personas afectadas hasta alcanzar casi los 9 millones de víctimas. Gran parte de ellas corresponden a miembros de las comunidades indígenas y afrodescendientes citadas.

Sobre la mayoría de esos actos de victimación ha reinado hasta ahora un velo de silencio, olvido e impunidad. El relato dominante en el país del porqué de ese conflicto ha sido abiertamente sesgado y manipulado, atribuyendo toda la responsabilidad a los grupos levantados en armas (guerrillas) y eludiendo la del propio Estado, sus fuerzas militares y las clases terratenientes, codiciosas de la tierra y los recursos naturales del país. El país entero ha vivido ajeno a la verdad de quiénes hayan sido los actores violentos, con qué intereses y al servicio de quien han ejercido la violencia.

Los Acuerdos de La Habana entre el Gobierno y las FARC de 2016, supusieron un punto de inflexión en esta dinámica violenta, al acordar la implantación de un proceso de Verdad-Justicia-Reparación-No Repetición en el que está involucrado todo el país.

Este año 2021 termina la 1ª de esas cuatro fases, la de esclarecimiento de la verdad, y ya en estos días se está redactando el Informe de la COMISION DE LA VERDAD (CEV) que pretende establecer un relato de lo ocurrido, sus causas, sus actores y las estrategias políticas que se fueron implantando en cada período.

¿Será posible hacer honor a la verdad y sentar las bases de la reconciliación? ¿Podrá el Informe colmar las expectativas de verdad que brota desde el dolor de las víctimas y  clama por un futuro de reconciliación?

El presidente de la CEV, el jesuita Francisco de Roux, advierte que es necesario que la sociedad colombiana se despoje de prejuicios ante la verdad de lo ocurrido y supere el miedo a la verdad. Y añade: “El relato de la CEV no será políticamente correcto. Molestará a los grupos políticos, a las instituciones, a los ex presidentes, como nos tiene que molestar a todos. La nuestra no es una verdad para hacer señalamientos o para destruir instituciones. Al contrario, es una base para que las instituciones se hagan fuertes. Para lo cual, es necesario que la sociedad colombiana se despoje de prejuicios ante la verdad de lo ocurrido en el conflicto armado. Hay cosas muy profundas que Colombia no puede callar”  Y continúa: “la verdad del Informe es una verdad para construir futuro. Levantará dolores y molestias, pero también reconciliación y alivio, principalmente para las víctimas del conflicto. En definitiva, concluye, “….el informe es un acto de amor por Colombia y un llamado a la fraternidad”

En la misma línea van las demandas de las víctimas. Una de ellas, Clemencia Carabalí, víctima y lideresa afrodescendiente del norte del Cauca reivindica que “el Informe incluya medidas concretas de reparación que permitan superar las brechas de desigualdad racial que el conflicto armado amplió en nuestros territorios, en nuestros cuerpos como mujeres y en nuestras vidas. Necesitamos que la verdad nos ayude a sanar. A las víctimas y a los victimarios”.

Esta es la tensión que hoy viven tantas comunidades campesinas indígenas y afro, así como otros sectores populares victimizados en Colombia. En torno a esos anhelos y esperanzas queremos celebrar, sentir, unir nuestros corazones y orar para que la verdad se imponga sobre la mentira de los poderosos, la justicia sobre la insoportable impunidad y la reconciliación sobre el odio, la aporofobia y el expolio.  Una vez más, en esta Eucaristía queremos brindar y asumir compromisos por la verdad y la dignidad de las víctimas”

3- Canción/Poema Viglietti/Benedetti: “Otra voz Canta”/  “Desaparecidos” (primera parte)

1ª Lectura Por el paralelismo que ha tenido la magnitud de la violencia en EL SALVADOR de los años ‘80 y la COLOMBIA de 1950-2020, y por la autoridad profética de San Romero de América, rescatamos como 1ª lectura una selección de

Fragmentos de homilías de m. romero en torno a las víctimas y su  verdad (1977-1980)

Agosto de 1977.Queremos ser la voz de los que no tienen voz para gritar contra tanto atropello contra los derechos humanos. Que se haga justicia, que no se queden tantos crímenes manchando a la patria, al ejército. Que se reconozca quiénes son los criminales y que se dé justa indemnización a las familias que quedan desamparadas.

Julio de 1978.Vivimos una hora de lucha entre la verdad y la mentira; entre la sinceridad, la hipocresía y la intriga. No nos asustemos, hermanos, tratemos de ser sinceros, de amar la verdad, tratemos de construirnos en Cristo Jesús. Es una hora en que debemos tener un gran sentido de selección, de discernimiento.

Abril de 1979. Llevar la capacidad de la verdad es sufrir el tormento interior que sufrían los profetas. Porque es mucho más fácil predicar la mentira, para tener siempre amistades halagadoras, para tener poder. ¡Qué tentación más horrible la de la Iglesia! Y sin embargo, ella, que ha recibido el Espíritu de la verdad, tiene que estar dispuesta a no traicionar la verdad; y si es necesario perder todos los privilegios, los perderá, pero dirá siempre la verdad.

Junio 1979.Yo tengo fe, hermanos, que un día saldrán a la luz todas esas tinieblas, y que tantos desaparecidos y tantos asesinados, tantos cadáveres sin identificar, y tantos secuestros que no se supo quién los hizo, tendrán que salir a la luz, y entonces tal vez nos quedemos atónitos sabiendo quiénes fueron sus autores.

Noviembre de 1979.No le tengamos miedo a quedarnos solos si es en honor a la verdad. Tengamos miedo de ser demagogos y andar ambicionando las falsas adulaciones del pueblo. Si no le decimos la verdad, estamos cometiendo el peor pecado: traicionando la verdad y traicionando al pueblo.

Noviembre de 1979.El mal existe y es necesario que estos agentes de la seguridad tengan en cuenta que ellos muchas veces han sido mandados y que en un caso de depuración de los cuerpos de seguridad, a quienes hay que juzgar y castigar son a los altos jefes, que han podrido las mentes de esos hombres.

Enero de 1980.Estoy seguro que tanta sangre derramada y tanto dolor causado a los familiares de tantas víctimas no será en vano. Es sangre y dolor que regará y fecundará nuevas y cada vez más numerosas semillas de salvadoreños que tomarán conciencia de la responsabilidad que tienen de construir una sociedad más justa y humana, y que fructificará en la realización de las reformas estructurales, audaces y urgentes, que necesita nuestra patria. El grito de liberación de nuestro pueblo es un clamor que sube hasta Dios y que ya nada ni nadie puede detener.

Marzo de 1980.La verdad físicamente puede ser muy débil como el pequeño David; pero por más grande, por más armada que se ponga la mentira, no es más que un fantástico Goliat que caerá por tierra bajo la pedrada de la verdad.

FUENTE: “Día a día con monseñor Romero”,

2ª Lectura

Tres reflejos de la importancia y el sentido que tiene para Jesús la verdad

La verdad os hará libres   Jn 8, 31-32

Dijo entonces Jesús a los judíos que le habían dado crédito:                                                   -Vosotros, para ser de verdad mis discípulos tenéis que ateneros a ese mensaje mío. Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres.                                                                    

Yo soy el camino, la verdad y la vida  Jn 14, 5-7

Le dice Tomás: Señor no sabemos a dónde vas, ¿Cómo podemos saber el camino? Le dice Jesús: Yo soy el Camino, la Verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí. Si me conocéis a mi conoceréis también a mi Padre.

He venido al mundo para dar testimonio de la verdad Jn 18, 37-38

Entonces Pilatos le dijo: ¿tú eres rey? Respondió Jesús; Si como tú dices soy rey, pero yo he venido al mundo para dar testimonio de la Verdad.

En lugar del Diálogo de la Comunidad se presentan testimonios de las víctimas  a) y b). (Mientras se presenta hay de fondo la foto de la escultura/homenaje a las víctimas y el mensaje que está detrás en la Comunidad de Nueva Vida)

  1.  a) Acto de esclarecimiento de la Verdad en Cacarica (Comunidad Nueva Vida) el 28 de febrero de 2020, en el  23 aniversario de la Operación Génesis
  2. b) Testimonios de las comunidades

La Palabra de las Victimas Introducción

  1. a) Expresadas en el V Festival de la Memoria en Cacarica este día del año 2020
  2. b) Los testimonios enviados esta semana desde las Comunidades
  3. c) La palabra del Exilio
  4. d) La voz de las víctimas

Quisiéramos hacer presente en esta celebración la voz de las víctimas. Es inabarcable el número de víctimas que genera nuestro mundo gobernado por la violencia. Hoy nos centramos en Colombia, país, durante muchos años dominado por el odio y la destrucción.

Todos los días nos llegan noticias de asesinatos, desplazamientos, exilios, amenazas, intimidaciones de personas. Sabemos que  la desolación ha llegado a sus vidas. Que su vida no cuenta. Que su casa, su territorio es ocupado y tienen que huir para poder salvar la vida.

Las leyes no se cumplen. Los derechos desaparecen. El resto de países consienten. Para ellos las víctimas son invisibles, molestan, impiden el negocio, el progreso. Son prescindibles.

Según la mirada de  Jesús de Nazaret cada víctima es nuestro prójimo, Y es el prójimo quien nos convierte en seres humanos. Nos encontramos y nos reconocemos en ellos. Desde esa mirada queremos compartir la voz de las víctimas y la búsqueda de la verdad del pueblo colombiano que ha elegido la paz con justicia.

En nuestro último viaje a Colombia, justo hace un año. Estuvimos en el departamento de El Choco, en Cacarica, con las comunidades negras, afincadas en la selva profunda. Asistimos a un evento organizado para mantener la Memoria colectiva de la masacre conocida como Operación Génesis que ocurrió en 1997. Volvemos a escuchar sus voces recordando aquellos días:

“Por esos días solo había terror, no estábamos acostumbrados a eso, éramos comunidades que vivíamos en paz. En mi comunidad los paramilitares llegaron haciendo disparos y lanzando granadas a las casas” recordaba un líder de la comunidad Nueva Vida.

Durante los días que duró la operación armada fueron asesinadas 86 personas, entre ellos Marino López. La noticia estremeció al país y se escuchó en todo el mundo, López fue desmembrado y los paramilitares jugaron con su cabeza  como si fuera una pelota de fútbol.

“Lo que nos hicieron en Cacarica fue un acto macabro para que la gente saliera y nunca más volviera”, asegura otro de los habitantes.

Nos hace recordar los relatos bíblicos del pueblo judío que una y otra vez fue víctima de los diferentes imperios. Pero no están solos. Allí habíamos sido convocados unas 150 personas para acompañarles, para sostener su resistencia y reconocer su lucha.

Anita, lideresa de una comunidad nos decía: “Ahora con Uds. estamos tranquilos, pero la zona humanitaria ya no es respetada, estamos controlados, se pasean con armas y ofrecen a los jóvenes dinero para captarles”.

Ya en la noche asistimos a una ceremonia alumbrados por velas en la que los niños vestidos de blanco preguntaban a los asistentes, entre los que había ex paramilitares y ex guerrilleros que colaboran con las comunidades en el esclarecimiento de la verdad de lo que ocurrió: Los participantes hacíamos  un círculo alrededor del monumento ‘RESPUESTA’ que está ubicado en el centro de la zona humanitaria. Y en el silencio de la noche se escucharon las voces de niños y niñas que decían:

“¿Cuándo se acabará el conflicto? ¿Dónde están los desaparecidos? ¿Por qué se sigue invirtiendo en guerra? Exigimos no repetición”

Hoy traemos ese clamor del pueblo afrocolombiano olvidado y maltratado que al despedirnos nos dicen:

“Nosotros solos no tenemos fuerza sin ustedes. Aquí nadie nos escucha. Sin su intervención no se cambia nada”.

“Algunos no lo entienden y nos ven como enemigos, pero nosotros solo pedimos que nuestra decisión se respete, no queremos estar involucrados en la guerra. La guerra ya la vivimos y no la queremos volver a vivir”, dice una de las mujeres líderes de CAVIDA.

Pero en la búsqueda de la verdad está también la parte de los victimarios. Y encontramos dos tipos: por un lado los exguerrilleros de las FARC y por otro los ex militares y ex paramilitares.

Hemos conocido de un lado y de otro, personas que se acogen a la JEP jurisdicción  especial para la paz que se comprometen a decir la verdad de lo que saben y a reparar de alguna manera el daño causado. Y hemos recogido sus testimonios. Por un lado abatidos  por haber sido cabezas de turco y por otro decididos a declarar la verdad, para no pudrirse en la cárcel. Sus voces están quebradas por el recuerdo de sus terribles acciones. Les escuchamos, les animamos a decir la verdad, les hablamos de las víctimas. Es enorme la lista de actividades que enumeran sobre una guerra sucia, desigual. Su enemigo ha sido simplemente aquel que piensa de otra manera o no colabora contra el “enemigo interno”.  Nos hablan  de las personas como objetivos, testigos incómodos, errores de guerra. Y sus crímenes son acciones de guerra que son recompensadas. Es la institución de la violencia, arbitraria, fría, sin compasión. Una violencia garantizada, impune. Tomamos conciencia de la monstruosidad que supone el lavado de cerebro que ha recibido estos hombres que han quedado insensibles al sufrimiento y al daño que han causado. Máquinas para matar.

Y las instituciones creadas a partir de las conversaciones de La Habana para buscar la verdad, juzgarla y reparar el daño causado por los años de la violencia

También están las voces de algunas juezas y comisionadas. La alegría de hablar con juezas que están implicadas en una justicia restaurativa y no punitiva. Escuchamos el entusiasmo de una jueza al contarnos cómo ha hecho posible servir de mediadora entre la víctima  y el victimario. Y cómo les cogió de las manos e hizo posible que se miraran y se hablaran. Un trabajo difícil entre muchos enemigos, entre ellos  el propio gobierno y el Fiscal General.

La Comisión para el esclarecimiento de la Verdad (CEV). La institución que investiga lo sucedido en los últimos 50 años para recoger en un informe de la verdad del conflicto. La comisionada Patricia Tobón, perteneciente a la etnia Embera nos dijo: “Hoy más que nunca el país necesita reflexionar sobre la expropiación territorial histórica de la que han sido víctima las comunidades negras y las indígenas “.

El objetivo de esclarecer la verdad es una utopía, sobre todo, cuando los medios son muy desiguales y los intereses de ocultar y olvidar son muy fuertes. Toma fuerza en esta situación del pueblo colombiano las palabras de Jesús. “Solo la verdad os hará libres”. La apuesta por la verdad en Colombia es un camino en el que estamos comprometidos, acompañando a las víctimas y a los que les protegen y hacen visible su resistencia.

OFRENDAS: – Ofrendas:

La Colaboración Solidaria de nuestra Comunidad al proyecto educativo en el Chocó, destacando el esfuerzo y la importancia de la educación en el contexto que se desarrolla. Así como la apuesta que hacen las comunidades campesinas por la Paz, apoyados en la Universidad de Paz. Nuestra comunidad apoya el proyecto educativo de la Comisión de Justicia y Paz en el Chocó colombiano, en el que se consolida el esfuerzo y la importancia de la educación en el contexto de la situación de violencia que se vive en Colombia. Una apuesta por parte de las comunidades campesinas por la paz, apoyados en la Universidad de Paz.

La Comisión Ética Internacional por la Verdad (CEIV)  (Se presenta el logo de la C Ética de nuestra Comunidad

Invitación a participar a la Cdad.

– El pan y el vino

Ofrenda de la Comisión Ética De La Verdad

Ofrecemos también la participación que, como Comunidad, venimos manteniendo en la Comisión Ética por la verdad. Ha sido éste un compromiso solidario con las víctimas de la violencia en Colombia, que asumimos en una Asamblea en el año 2007, tras el seductor entusiasmo con que nos lo detalló Alberto Giráldez.

En estos 14 años hemos ido dando respuesta, más o menos generosa, a las demandas que los compañeros de Justicia y Paz de Colombia nos han venido solicitando, con el objetivo de acompañar a comunidades campesinas agredidas, dignificar la memoria de sus víctimas y custodiar testimonios de esa violencia sufrida, a fin de que no quedara sepultada por el olvido y la impunidad.

Renovamos ahora, en esta ofrenda, ese viejo compromiso para seguir acompañando a las víctimas en la nueva fase del proceso de Paz iniciada en 2020, que tiene como eje principal asistir como testigos a declaraciones de los propios victimarios que desean acogerse a la Jurisdicción Especial de Paz y se prestan a confesar el porqué, el para qué y al servicio de quien de sus agresiones a población inocente. A esos efectos se ha renovado y actualizado la Comisión Internacional, cuyo fin último es facilitar procesos de reparación y reconciliación entre victimarios y víctimas, en una dinámica de justicia restaurativa

-Se abre a las ofrendas de la Comunidad

– Ofrenda del  pan y el vino: Te hacemos la ofrenda de este pan y este vino, como símbolo de toda la esperanza que están depositando, las comunidades campesinas de   diversas regiones de Colombia,  en el marco de los 24 años de la Operación Génesis y Cacarica,  para que tú, Dios de la vida, les concedas la esperanza de una nueva VIDA , una nueva historia, que empiecen a construir, juntos con los victimarios, en el marco de la no repetición de lo ocurrido y si  para conseguir la paz en Colombia.

Oración Eucarística El pueblo colombiano sigue persistiendo en su compromiso de trabajar para crear una sociedad sin violencia y con justicia a pesar de la dura realidad que sufren todos los días de asesinatos, desplazamientos de sus hogares y de sus tierras, amenazas de muerte si no dejan su actividad de defensa de los derechos humanos y de la madre tierra en la que viven. Quieren además conocer toda la verdad de lo que ha pasado a fin de iniciar un proceso de justicia, reparación y no repetición.

Te pedimos Señor para que la sangre derramada por el pueblo colombiano no sea una sangre inútil y acabe fructificando en una nueva sociedad libre del terror, de la violencia, de la explotación y del sufrimiento para tantas familias y por el contrario pueda ser realidad la justicia, la paz, la fraternidad y la solidaridad.

Que el ejemplo de tantos mártires nos ayude a nosotros a ser solidarios con el pueblo colombiano para que sientan el aliento y la cercanía de nuestras organizaciones y de nuestras personas.

Concédeles Señor la esperanza de que es posible la realización de esos sueños de nueva sociedad y hazte presente para que sientan que estas a su lado en estos momentos tan difíciles en que los acuerdos de paz parece que poco a poco van perdiendo la posibilidad de llegar a cumplirse.

.Recordamos ahora la noche en que próximo ya tú final te despediste de los tuyos y tomando el pan lo partiste y lo repartiste diciendo:

Tomad y comed todos de Él porque esto es mi cuerpo que se entrega por vosotros.

Igualmente hiciste con la copa dando gracias al Padre la repartiste entre todos diciendo:

Tomad y bebed todos porque este es el cáliz de mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna que será derramado por todos los hombres y mujeres para su total liberación.

Este es el sacramento de nuestra fe

Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección, ven Señor Jesús.

Recordamos ahora a todos y todas los que ya nos han dejado pero que sabemos están muy cerca de Ti. Los tenemos presentes en nuestras oraciones. (Hacemos un momento de silencio).

12- Comunión

13-  Padre nuestro: Canción “Padre nuestro de los mártires”)

14- Nos damos la Paz

15 Acción de Gracias.          Dios, Padre Madre, desde esta relación filial, queremos darte gracias por el testimonio de tantas personas que a costa de su vida han luchado por la justicia y la verdad de su pueblo; por todas las defensoras de los derechos humanos principalmente Afros, Indígenas y Campesinos, que desalojados de sus territorios, con altos índices de pobreza, se siguen arriesgando, sin perder la esperanza de que es posible una Colombia en paz, en la que quepan todos y todas.

Queremos también darte gracias por la oportunidad que nos das, a través de la Comisión Ética Internacional, de poder colaborar como Comunidad, para que sus Vidas sean protegidas, para que su Verdad sea escuchada.

Sabemos, Padre que “El grito de liberación de tu, pueblo es un clamor que sube hasta Ti y que nada ni nadie puede detener”. (De M. Romero)

Invitamos a los que queráis, que expreséis también vuestra acción de gracias.

17- Video/ Canción “Yo soy la Verdad” (parte final)

18- Avisos