Celebración en la Asamblea de Otoño                              17 de octubre de 2021

  1. Música
  2. Lectura Papa Francisco

La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús. Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría.  Alegría que se renueva y se comunica.  El gran riesgo del mundo actual, con su múltiple y abrumadora oferta de consumo, es una tristeza individualista que brota del corazón cómodo y avaro, de la búsqueda enfermiza de placeres superficiales, de la conciencia aislada. Cuando la vida interior se clausura en los propios intereses, ya no hay espacio para los demás, ya no entran los pobres, ya no se escucha la voz de Dios, ya no se goza la dulce alegría de su amor, ya no palpita el entusiasmo por hacer el bien. Los creyentes también corren ese riesgo, cierto y permanente. Muchos caen en él y se convierten en seres resentidos, quejosos, sin vida. Ésa no es la opción de una vida digna y

plena, ése no es el deseo de Dios para nosotros, ésa no es la vida en el Espíritu que brota del corazón de Cristo resucitado. Invito a cada cristiano, en cualquier lugar y situación en que se

encuentre, a renovar ahora mismo su encuentro personal con Jesucristo o, al menos, a tomar la decisión de dejarse encontrar por Él, de intentarlo cada día sin descanso.

Él nos permite levantar la cabeza y volver a empezar, con una ternura que nunca nos desilusiona y que siempre puede devolvernos la alegría. No huyamos de la resurrección de Jesús, nunca nos declaremos muertos, pase lo que pase. ¡Que nada pueda más que su vida que nos lanza hacia adelante!

  1. Evangelio, Mc 9, 38-41

Juan le dijo:

Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre y hemos intentado impedírselo porque no anda con nosotros.

Jesús respondió:

No se lo impidáis, porque nadie que haga un milagro usando mi nombre puede a continuación hablar mal de mí. O sea, el que no está contra nosotros está a favor nuestro. Y además, el que os dé de beber un vaso de agua por razón de que seguís al Mesías, no se quedará sin recompensa, os lo aseguro

  1. Ofrendas

Queremos poner en el altar, en esta celebración del final de nuestra asamblea de hoy:

Los trabajos de la propia asamblea, su esfuerzo formativo y su preocupación por acercarnos al Reino de Dios.

La gestión del consejo saliente y la ilusión de nuevo consejo, como servicio a la comunidad de Santo Tomas y a la sociedad de creyentes en un mundo mejor

Y también, nuestras colaboraciones solidarias, como muestras de nuestra pequeña aportación a una sociedad más solidaria

(ofrendas espontáneas)

Araceli

Pan: símbolo del trabajo de tantos hombres y mujeres por salir adelante cada día,  de nuestro trabajo dentro de la comunidad y del compromiso con los desfavorecidos a través de las colaboraciones y del trabajo en las asociaciones de las que formamos parte.

Vino: símbolo de la vida y la alegría de seguir encontrándonos otro curso más, con energía y propuestas ilusionantes.

  1. Plegaria Eucarística.

¿Cuándo podremos juntarnos en un abrazo cariñoso y sentir que somos tu pueblo y una comunidad de hermanos y hermanas con ansias de celebrar juntos tu última cena? No lo sabemos, pero esperamos que sea pronto. Durante este tiempo no nos hemos quedado quietos Señor, hemos trabajado, reunido, orado y celebrado. A pesar de las dificultades vemos que el resultado ha sido positivo y hasta creemos que la comunidad se ha fortalecido, gracias a estos inventos tecnológicos que nos permiten estar juntos y contigo por supuesto, para recordar y celebrar tu última cena, porque así nos lo dijiste: ”dónde dos o más estén reunidos en mi nombre allí estaré yo”.  Y hoy sabemos que estás aquí con nosotros para celebrarlo.

Al acabar la cena cogiste el pan lo repartiste y se lo diste a los que te acompañaban diciendo:

Todos.- Tomad y comed todos de él porque este es mi cuerpo que será entregado por vosotros

Del mismo modo tomaste la copa y se la diste a todos y a todas diciendo:

Todos.- Tomad y bebed todos de él porque este es el cáliz de mi sangre, sangre de la nueva alianza que será derramada por toda la humanidad

Este es el sacramento de nuestra fe

Anunciamos tu muerte y proclamamos tu resurrección: Ven Señor Jesús.

Durante estos años de confinamiento hubo mucha tristeza y sufrimiento, sobre todo en los niños y en los mayores, quién sabe si hemos perdido incluso amigos o un ser querido; por ellos te pedimos Señor y por sus familias, que enjuagues sus lágrimas y les devuelvas las pequeñas alegrías que nos da la vida.

Todos.- Te lo pedimos Señor, tú que vives y reinas en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y gloria, por los siglos de los siglos, amen

Y juntando nuestras manos, oremos como nos enseñaste:

Todos.- Padre Nuestro…

Nos damos la paz

  1. Comunión. Música

Este pan de vida y este vino es la humanización más absoluta y encarnada de un Dios hecho hombre que desea nos demos cuenta que sigue estando con nosotros para seguir paso a paso nuestros proyectos de los que hemos hablado durante esta asamblea. Por esto comamos de este pan y vino que es fuerza y vida.   

  1. Acción de Gracias.

Te damos gracias Señor, por el año transcurrido, en el que no nos hemos visto, pero al seguir con las Celebraciones dominicales online, nos hemos sentido como Comunidad, gracias especialmente a Juanjo que empezó utilizando su cuenta y animándonos a los demás a descargarnos el programa y resolviendo los primeros problemas. Todos los grupos de preparación hemos puesto nuestro empeño para que resultasen beneficiosas al espíritu y esperásemos la hora de la conexión con alegría.

Es motivo de acción de gracias también el buen funcionamiento del Consejo, pudiendo llegar a esta Asamblea con el cumplimiento del compromiso adquirido para tres años de las Colaboraciones Solidarias y la presentación de los nuevos compromisos.

Por todo ello te damos gracias.

(gracias espontáneas)