Enviamos el Segundo mensaje con el fin de proporcionar un debate sobre el tema de la Asamblea 2015. La comisión agradece la buena acogida que ha tenido el primer mensaje y esperamos que este segundo, ayude a la reflexión. Las preguntas son indicativas, la comunidad o grupo puede hacer estas u otras que estime conveniente. Recordamos que la Asamblea de 2015 es de todas las comunidades, de las cristianas y cristianos de base de Madrid. No es un acto en Pentecostés de ese año, es todo un proceso que vamos elaborando entre todos y todas y que culmina en esa fecha de Pentecostés y en el que habrá trabajo en grupos y puesta en común.

El lema: Recuperar el mensaje subversivo de Jesús, por un compromiso social y político con todos los excluidos de la tierra.

Mensaje núm. 2: SOY YO, NO TENGAIS MIEDO!!! (Jesús a sus discípulos, Mt, 14,27) Diciembre 2014.

De qué se trata: del seguimiento de Jesús.

No tener miedo a Jesús, quiere decir mantener esa voluntad de renovación, colectiva y personal. Todas y todos sabemos que es necesaria una vuelta al Evangelio, una recuperación del Jesús histórico, que no tiene nada de “religioso”. El mensaje de Jesús es universal, profano, es laico, que sirve para todo Ser Humano, (SH) sea de la confesión que sea. Jesús es un profeta laico.  Y lo laico es aquello en lo que coincidimos todos los SH, es lo más universal y propio de cualquier sociedad, es lo común. Hay que “volver” porque nos hemos apartado, y mucho, de nuestros orígenes. Necesitamos “recuperar” a Jesús, porque nos hemos perdido en un Cristo de la fe que nunca existió. Jesús no fundó una religión, tampoco una Iglesia, sino un movimiento de fe. Eso cuesta mucho creérselo y menos aplicarlo a la vida. Por supuesto la laicidad no es cuestión de “expertos”, nos atañe a todos y todas.

Texto de Pagola:

Buscar una calidad nueva en nuestra relación con Jesús. Una Iglesia formada por cristianos que se relacionan con un Jesús mal conocido, confesado sólo de manera abstracta, un Jesús mudo del que no se escucha nada de interés para el mundo de hoy, un Jesús apagado que no seduce, que no llama ni toca los corazones…, es una Iglesia que corre el riesgo de irse apagando, envejeciendo y olvidando.

Texto de Casaldáliga:

Las  comunidades cristianas, como otros tantos colectivos sociales, son conscientes de vivir en un contexto de desigualdad e injusticia. El sistema neoliberal capitalista y la globalización por él promovida no hacen sino acentuar la línea divisoria entre países ricos y pobres, generar riqueza y bienestar para  unos pocos a costa de la miseria de muchos y multiplicar los empobrecidos.

¿Cómo permanecer impasibles ante semejante situación  que es la negativa rotunda y la oposición frontal al Reino que Dios quiere instaurar entre los hombres?¿Cómo seguir creyendo en el “Dios de los pobres” y no hacer nada, primero por la vida, y luego por la vida digna, a la que esos pobres tienen derecho?.Nada oculta tanto el rostro de Dios en el mundo como la injusticia que en él impera y prevalece. La defensa del pobre y del excluido ha de ser, por lo tanto, la opción preferencial y prioritaria que debe hacer, vivir y demostrar, toda comunidad  cristiana. Estar de parte de los pobres es como estar de parte de Dios, vivir en solidaridad con ellos es como entrar a participar activamente en el Reino de Dios. Del hecho que la Iglesia se convierta o no en la Iglesia de los pobres depende que sea la Iglesia  que quería Jesús o que deje de serlo. El futuro del cristianismo está ligado al compromiso de los cristianos y de las instituciones cristianas por la justicia. En el rostro del pobre y del excluido es donde hay que saber descubrir el rostro de Dios. Y ellos son también interpelación y reclamo, en el sentido de que no deberíamos dejar de hacer con ellos lo que quisiéramos hacer con Dios (Mt 25,40.45) Pedro  Casaldáliga

Preguntas:

Todos sabemos que ser cristiano consiste en seguir a Jesús en la Historia, pero ¿tenemos miedo a Jesús porque su seguimiento es más exigente que la práctica de la religión oficial? ¿Por cual nos inclinamos más, o por el seguimiento de Jesús, o por la práctica de la religión con todo lo que conlleva de normas, dogmas, ritos, moral y la sumisión a la jerarquía? ¿Son incompatibles? Tal vez nos asusta la humanidad de Jesús, pero nos sentimos más cómodos con la divinidad de Jesús. ¿Tenemos miedo a que nos “quiten” la religión? ¿Es “laico” el Mensaje de Jesús, o es religioso? Seguir de cerca al Jesús subversivo, ¿significa que denunciamos a los poderosos siempre que podamos, o los disculpamos, porque son buenas personas? Con la que está cayendo, ¿podemos ir de vacaciones en un Crucero, aunque tengamos dinero? ¿De verdad estamos convencidos de que no se puede servir a Dios y al capital? ¿Qué pruebas tenemos de que realmente seguimos a Jesús y no participamos en el capital, o participamos lo menos posible? Ahora tenemos la oportunidad de disfrutar de forma diferente de las Navidades de siempre, ¿cómo seguimos a Jesús en estas “fiestas” de Navidad, compras, regalos, felicitaciones, etc.?¿De qué forma, sin darnos cuenta, estamos sirviendo al capital?