CELEBRACION ASAMBLEA 10 de mayo 2019
Introducción. Pg. 37 del libro “Rebajas teológicas de otoño”. Diez- Alegría: “Creo en Jesús….”
Creo en Jesús (o también en Dios-Padre-de- Jesús), quiere decir que me fío absolutamente de él, que estoy seguro de Jesús, una persona que no soy yo, un “tú”. Estoy cierto de que Él no me falla. Seguro de que Él tiene razón. Pero no una razón teórica de intelectual, de filósofo, de profesor. Tiene razón en lo que atañe a la esperanza, al amor, a la felicidad, a mí y al prójimo, a la libertad, a la independencia, a la sinceridad, a la ternura, a la lucha, a la apuesta por la liberación de los oprimidos, a la vida y a la muerte. Nunca le entiendo del todo. A veces quizá me equivoque casi por completo al tratar de interpretarle. Pero Él está siempre allí. Me solicita, me arma un lío y me conforta. Estoy seguro de que me perdona siempre y siempre tiene que perdonarme. Pero nunca me deja tranquilo. Azuza siempre. Me urge. Con Él me es imposible pensar que yo soy bueno. Pero tampoco me viene de Él ningún complejo de culpa. Me da ganas de hacer el bien, que luego hago muy mal. Pero en Él encuentro paz. Una quietud en movimiento. Algo así como las olas del mar.
Canción. Pg. 63. Nº 76: Muchas flores……
1ª Lectura. De Pedro Casaldáliga
No puede haber fe cristiana sin encarnación; encarnación es el misterio de la entrada de Dios, de lleno, en nuestra humanidad por medio de Jesús de Nazaret, y eso supone que asumamos los desafíos de cada día. Todo es política, aunque la política no lo sea todo. Jesús dijo que había venido para que todos tuvieran vida, y la tuvieran en abundancia. Si no me preocupo de la tierra, de la salud, de la educación, de las comunicaciones, incluso de las vacaciones para descansar, no me estoy preocupando de la vida humana. La vida en el otro mundo es un asunto de Dios, que Él resolverá muy bien, porque allí habrá vida y vida en abundancia para todos. A nosotros nos toca mejorar la vida y universalizar la vida aquí, en este mundo. Y si la Iglesia, el Papa, los obispos, los sacerdotes, las monjas y todos aquellos que queremos ser seguidores de Jesús no hacemos política, no impulsamos las consecuencias sociales, políticas y económicas que tiene la fe, ¿qué testimonio de amor damos?
2ª Lectura. Evangelio. Mateo 11. (1-7)
Juan se enteró en la cárcel de las obras que hacía el Mesías y mandó dos discípulos a preguntarle: – ¿Eres tú el que tenía que venir o esperamos a otro?
Jesús les respondió:
– Id a contadle a Juan lo que estáis viendo y oyendo: Los ciegos ven y los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos resucitan y a los pobres se les anuncia la buena noticia. Y ¡dichoso el que no se escandalice de mí!.
Ofertorio. Ofrendas: a) Asamblea. b) Libros. c) Bolsas. “Solidaridad” d) Pan y vino
Canción: pg. 60. nº 73 “Yo te ofrezco Señor”
Anáfora.
Lector. “Me buscáis no porque habéis visto signos, sino porque comisteis pan hasta saciaros. Trabajad no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura para la vida eterna, el que os dará el Hijo del Hombre, al que el Padre Dios ha consagrado”.
Todos. “Y ¿qué tenemos que hacer para realizar las obras de Dios?
Lector. “La obra de Dios es esta: que creáis en el que él ha enviado”.
Todos. “¿Y qué signo haces tú, para que veamos y creamos en ti? Porque nuestros padres comieron el maná en el desierto…”
Lector. “En verdad os digo que es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo, el que da vida al mundo”.
Todos. “Señor, danos siempre de ese pan”.
Lector. “Yo soy el pan de vida. El que viene a mi no tendrá hambre, y el que cree en mí no tendrá sed jamás”.
Todos. SANTO, SANTO, SANTO
Lector. Como escribió Pablo a los Corintios, “lo mismo que yo recibí y venía del Señor, os lo transmito a vosotros: que el Señor Jesús, la noche en que iban a entregarlo, cogió un pan, dio gracias, lo partió y dijo: “Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros; haced lo mismo en memoria mía”. Después de cenar, hizo igual con la copa, diciendo: “Esta copa es la nueva alianza sellada con mi sangre; cada vez que bebáis, haced lo mismo en memoria mía”.
Todos. “Cada vez que comemos de este pan y bebemos de esta copa, proclamamos la muerte del Señor, hasta que él vuelva… y el que lo come y bebe sin darles su valor, tendrá que responder del cuerpo y de la sangre del Señor”.
Lector. En memoria del Señor Jesús reconocemos y decimos:
Todos. “Tomad y comed, esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros”
Lector. Hacemos lo mismo con la copa:
Todos. “Tomad y bebed, esta es mi sangre derramada para la liberación de toda la Humanidad”.
Lector. Reconocemos este misterio en un espacio de silencio.
Y asumimos con la mayor determinación nuestra responsabilidad:
Todos. Sabemos que así “Anunciamos tu Muerte y proclamamos tu Resurrección. ¡Ven, Señor Jesús!”.
Lector. Mientras comulgamos, ¿cómo hacer para que la comunión sea como una mesa compartida, llena de alegría y de propuestas de servicio a nuestros hermanos? Ahondemos esta dimensión en nuestro silencio… Y al rezar juntos el Padre Nuestro, estaremos dando un paso más:
Todos. Padre Nuestro.
Lector El saludo y abrazo de paz tiene ahora todo su sentido.
Comunión. (Música)
Acción de gracias
Te damos gracias, padre Dios, por la celebración de la Comunidad y de la palabra, que nos han ayudado a comprender un día mas el sentido de la fe en Jesús y de quienes como el, han confiado en que es posible llevar a la practica los valores del Reino, Reino de paz, de justicia, de vida y de verdad.
La paz cimentada en el trabajo por la justicia, que tanto echamos de menos. La verdad cimentada en el ejercicio vivo de nuestra responsabilidad y todo esto en nuestra familia, en nuestro trabajo, en los movimientos y grupos sociales de los que formamos parte.
Con ilusión, con alegría compartida y con esperanza, que así sea.
Despedida. Poema de Mario Benedetti: “No te rindas”
No te rindas, aún estás a tiempo
de alcanzar y comenzar de nuevo,
aceptar tus sombras, enterrar tus miedos,
liberar el lastre, retomar el vuelo.
No te rindas que la vida es eso,
continuar el viaje,
perseguir tus sueños,
destrabar el tiempo,
correr los escombros y destapar el cielo.
No te rindas, por favor no cedas,
aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se esconda y se calle el viento,
aún hay fuego en tu alma,
aún hay vida en tus sueños,
porque la vida es tuya y tuyo también el deseo,
porque lo has querido y porque te quiero.
Porque existe el vino y el amor,
es cierto, porque no hay heridas que no cure el tiempo,
abrir las puertas quitar los cerrojos,
abandonar las murallas que te protegieron.
Vivir la vida y aceptar el reto,
recuperar la risa, ensayar el canto,
bajar la guardia y extender las manos,
desplegar las alas e intentar de nuevo,
celebrar la vida y retomar los cielos.
No te rindas por favor no cedas,
aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se ponga y se calle el viento,
aún hay fuego en tu alma,
aún hay vida en tus sueños,
porque cada día es un comienzo,
porque esta es la hora y el mejor momento,
porque no estás sola,
porque yo te quiero.