Eucaristía 14 de diciembre de 2.014                             Adviento, una forma de vida.

Apagar móviles, presentación de alguno nuevo.

Poner el power point y encender las tres velas una en cada estribillo.

Presentación. El Adviento no es solamente un tiempo litúrgico, sino una filosofía de vida, una actitud que tiene que atravesar  toda nuestra existencia. Recordar la primera venida de Jesús es un pretexto para descubrir que ya está aquí, que lo que esperamos ya lo tenemos dentro de nosotros.

El Antiguo Testamento está atravesado por la promesa y la espera. Los judíos pedían y esperaban de Dios cosas terrenas y creían que Dios no se lo concedía por sus pecados. Por el contrario, Dios les envió a su hijo, que les dijo y nos dice algo bien distinto: “He venido para que tengáis vida y la tengáis abundante”.

Jesús, que participó en las dificultadas de su pueblo y curó sus enfermedades, nos pide que no limitemos nuestra esperanza a solo las cosas terrenas, como hicieron muchos judíos, sino que la abramos al Misterio de Dios, ya presente en nuestro mundo. Nos pide que estemos atentos, que estemos vigilantes y que no esperemos a que los problemas  los resuelvan otros, sino que es nuestra responsabilidad trabajar por una sociedad más justa. El ejemplo de su vida debe ser nuestro motor.

Tenemos que seguir adelante, animados por las buenas noticias que van llegando, gracias al trabajo de muchas personas. Por ejemplo, las distintas mareas, la valentía de algunos jueces, los grupos críticos contra los abusos, las dimisiones de los corruptos.

Primera lectura sobre textos de José Arregui y Fray Marcos

Tras la muerte de Jesús, el atrevido profeta judío de la compasión subversiva, las primeras comunidades cristianas de Palestina lo invocaban con esa palabra aramea formada de dos: “Marana, tha. Ven, Señor”. Y mientras repetían con ardor esta sencilla invocación, se les llenaba el pecho de consuelo y fortaleza para seguir esperando, practicando la esperanza, anticipando su cumplimiento.

Pensaban que Jesús, mártir de su bondad rebelde y sanadora, había sido arrebatado por Dios hasta el cielo junto a sí, y que pronto, muy pronto, volvería del cielo a la tierra para cumplir de una vez para siempre aquella esperanza que había anunciado y que había sido la razón de su condena: el “reino de Dios” o lo que es lo mismo, la liberación de todos los seres, el fin de toda opresión, el levantamiento de todas las condenas, y una gran mesa compartida llena de pan y de vino.

Nosotros no esperamos que Jesús vuelva, pues nunca se fue. Ni que venga del cielo, pues el cielo es en todas partes. Ni que Dios lo envíe, porque Dios es Todo en todo, o está en camino de serlo. Ya no podemos creer como ellos, pero amamos y confiamos como ellos. Su mismo ardor nos inspira, su misma esperanza nos alienta. No habrá fin del mundo, pues el universo puede ser eterno. Pero hay un mundo que debe acabar: este mundo aplastado por Mamón, el Capital o el Mercado. Hay una eternidad que debemos inaugurar cada día, en cada instante: la eternidad de la vida buena, justa y dichosa. No nos harán creer que otro mundo no es posible. Esperar es transformar este mundo en otro mundo humano, fraterno, y mucho más feliz. Esperar es reformar lo que impide vivir. Si esperamos, podemos. Marana tha.

Estamos dentro de las cuatro semanas que los cristianos llamamos de “Adviento”. Hacemos nuestros los anuncios y figuras de los profetas de Israel. Más allá de creencias y ritos, vamos en busca del glorioso advenimiento de un mundo nuevo. Que todos los seres humanos, del norte y del sur, caminemos unidos, sintiéndonos hermanos de todos los seres. Que ningún ser humano sea aplastado. Que no alce la espada pueblo contra pueblo, que nadie se adiestre para la guerra. Que la tierra sea lavada de la sangre inocente derramada, y habite el lobo con el cordero. Que la justicia sea el árbitro de las naciones, que ningún pobre sea vendido por un par de sandalias, que no haya daño ni estrago en la tierra. Que la bondad nos conmueva más que ninguna amenaza, que miremos la herida más que la culpe, y la mirada cure al herido, transforme al violento, convierta al corrupto. Que la justicie llene la tierra como las aguas colman el mar. Que la justicia y la paz se besen.

El tiempo urge, pero la paz nos sostiene, a la vez que nos empuja. La paz contigo, hermana. Y contigo, hermano. Marana tha. El mundo que esperamos está viniendo, es adviento. Paso a paso, latido a latido lo hacemos llegar.

Canción. Llega el día                                                           nº 48, pg. 42

Evangelio Jn 1,6-8, 19-28

NARRADOR Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era
él la luz, sino testigo de la luz. Los judíos enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas a Juan, a que le preguntaran:

JUDIOS ¿Tú quién eres?

JUAN No, no soy el Mesías.

JUDIOS Entonces ¿qué? ¿Eres tú Elías?

JUAN No lo soy.

JUDIOS ¿Eres tú el Profeta?

JUAN No.

JUDIOS ¿Quién eres? Para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado, ¿qué dices de ti mismo?

JUAN. Yo soy «la voz que grita en el desierto: Allanad el camino del Señor»

NARRADOR. Entre los enviados había fariseos y le preguntaron:

FARISEOS: Entonces, ¿por qué bautizas, si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?

JUAN Yo bautizo con agua; en medio de vosotros hay uno que no conocéis, el que
viene detrás de mí, que existía antes que yo y al que no soy digno de desatar la
correa de la sandalia.

NARRADOR Esto pasaba en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde estaba Juan
bautizando.

Participación de la Asamblea en torno a:

* ¿Dónde podemos encontrar a Dios hoy?

* ¿Dónde ponemos hoy nuestra esperanza?

* ¿Cómo trazamos los caminos del encuentro?

Presentación diálogo: Tres pistas, tareas, para reflexionar en este tiempo de adviento.

1ª Adviento es tiempo de espera ¿o es tiempo de esperanza? En la obra de Samuel  Becket “Esperando a Godot hay dos vagabundos,  Vladimir y Estragón, esperando a Godot al borde de un camino ¿Quién es Godot, que esperan? En cada acto, un muchacho les trae un mensaje de Godot que dice: “No vendré hoy, vendré mañana». Y Vladimir y Estragón siguen esperando  mientras pasan los días…Pedro Laín Entralgo distinguió entre ¿Espera o esperanza? ¿Esperamos como Vladimir y Estragón al borde de la historia o la espera es otra cosa?

2ª Adviento, tiempo de encuentro: de encuentro con el Dios en Jesús. Partiendo desde la fe, encontramos tres momentos complementarios, progresivos. Los tres tienen que ver con las imágenes que nos hacemos de Dios.

1. En un primer momento  identificamos a Dios con las imágenes que nos hacemos de él: Dios es Señor, Padre, Madre, roca, etc. Encontramos estas imágenes en nosotros mismos y ante ellas caemos de rodillas: le rezamos, suplicamos, esperamos su ayuda. Es un Dios cercano, inmanente.

2. Pero, en un segundo momento, cuando las imágenes se quedan mudas ante el dolor y la muerte, caemos en la cuenta de que son solo imágenes. Dios está más allá de las imágenes. Las transciende. ¡Cómo puede ser Padre, madre y no reaccionar ante la violencia, el dolor y la muerte! Y empezamos a comprender que si es Padre y Madre no es porque lo sea en mayor grado, sino porque es diferente. Es el Dios transcendente, el Dios de la teología de la Muerte de Dios. El que nos obliga a transcender las imágenes.

3. En tercer lugar, caemos en la cuenta de que, sin imágenes no podemos encontrar a Dios. No es cuestión de crear nuevas imágenes, sino de superarlas. Son solo los andamios. Y todo el cosmos y la humanidad es andamio que transparenta el Misterio. Hay aquí un panenteísmo: todo está en Dios aunque no todo es Dios. O dicho de otro modo: Dios está en todo, aunque Dios no sea todo.  Y ahora nos preguntamos, ¿Dónde encontramos a Dios nosotros, nosotras?

El adviento es una ruta, un camino: Que, según el poeta, “se hace al andar”. El Romero de León Felipe parece muy acertada: “Ser en la vida romero, solo romero, sin más oficio, sin otro nombre y sin pueblo”;  “que no hagan callo las cosas ni en el alma ni en el cuerpo”, pasar por todo una vez, una vez solo y ligero”… Y ahora nos preguntamos: ¡Qué pasa con nosotros/as, con nuestra comunidad, con nuestra iglesia!, ¿vamos haciendo camino? ¿Por dónde y hacia dónde caminamos?

OFRENDAS

*Símbolo de las tres velas encendidas (Renovación de la Iglesia/defensa de los derechos sociales/derechos de la tierra)

*El viaje de Maribel y Toñi a Colombia: compromiso de la comunidad y testimonio personal

*Lo que quiera ofrecer la Asamblea

*Colecta –

* Ofrecer el pan y el vino –

CANCION EL ESPIRITU DE DIOS (- las dos últimas estrofas)  No. 88 pág. 74
ANAFORA

LECTOR En este tiempo de adviento, te bendecimos Padre por Jesucristo, que es para  nosotros el principio de todo, nuestra referencia y nuestra esperanza

LECTOR Te bendecimos, Dios Padre, por los antiguos profetas, que fueron anunciando la venida del Mesías, como esperanza para el pueblo.

LECTOR Te aclamamos, Marana tha, porque seguimos esperando, practicando la esperanza, anticipando su cumplimiento.

TODOS: Te bendecimos por los profetas actuales, que nos interpelan continuamente a la conversión y al trabajo por la justicia de tu reino.

LECTOR – Jesús, tu Hijo y Hermano nuestro, fue esperado por el pueblo, anunciado por los profetas, temido por los dirigentes, rechazado por los instalados, aceptado por los humildes.

TODOS: Nuestra esperanza es creer en lo inesperado, en lo insospechado, en su venida, y se manifiesta en nuestra actitud vigilante y comprometida, cuando despertamos del sueño de la rutina, del egoísmo, de la pereza y nos revestimos de una vida nueva.

LECTOR Mientras esperamos su venida y la celebramos con esta acción de gracias, cantamos con los ángeles y santos el himno de tu gloria:

TODOS: Santo, Santo, Santo, Santo

Santo, santo, es nuestro Dios

LECTOR.-  Te bendecimos y damos gracias, Padre, porque tu Palabra es eficaz a pesar de que nuestros oídos se cierran a veces a tu mensaje y caemos en el desánimo fácilmente.

LECTOR.: Reconociendo nuestras debilidades ponemos una vez más nuestra confianza en Ti, Señor Jesús, que en la última cena, quisiste reconfortar a tus amigos tomando el Pan, lo partiste y repartiste diciendo:

TODOS “TOMAD Y COMED TODOS DE ÉL, PORQUE ESTO ES MI CUERPO QUE SERÁ ENTREGADO POR VOSOTROS”.

LECTOR A continuación, levantaste la copa, diste gracias al Padre y la repartiste diciendo:

TODOS: “TOMAD Y BEBED TODOS DE ÉL, PORQUE ÉSTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE,  SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA, QUE SERÁ       DERRAMADA POR VOSOTROS.”

LECTOR Este es el sacramento de nuestra fe.

TODOS: Anunciamos tu muerte y proclamamos tu Resurrección, si vivimos la vida de otra manera y expresamos nuestra esperanza en Ti: Ven señor!!! Marana tha!!!

LECTOR. Nosotros no esperamos que Jesús vuelva, pues nunca se fue. Ni que venga del cielo, pues el cielo es en todas partes. Ni que Dios lo envíe, porque Dios es todo en todo.

TODOS.  Al hacer memoria de su pasión, de su muerte y resurrección, proclamamos también nuestra esperanza en su venida final, plena y gloriosa.

LECTOR – Despierta, Señor, la vigilancia profética en tu Iglesia. Que con el carisma de Francisco, el testimonio de nuestro obispo Pedro y todo tu Pueblo santo nos movamos a conversión, denunciemos los obstáculos que entorpecen el camino de tu venida y sepamos anunciar como buena nueva esperanzadora al Mesías que esperamos.

TODOS: Ayúdanos a mantener una actitud despierta y vigilante. Calma nuestras depresiones, cansancios y desánimos. Danos la alegría de vivir con una actitud profunda de conversión y esperanza por encima de todo, de manera que con confianza podamos decir la oración que nos enseñaste:

PADRE Nuestro…

LECTOR. El tiempo urge, pero la paz nos sostiene, a la vez que nos empuja. El mundo que esperamos está viniendo, es adviento. Paso a paso, latido a latido, lo hacemos llegar.  La paz contigo, hermana. Y contigo, hermano. Marana tha!!!

PAZ

LECTOR. Compartimos el pan y el vino. Nos da fuerzas en el camino de esperanza en el que estamos.

TODOS. No somos dignos de tu llegada, pero una palabra tuya nos conforta y nos anima

COMUNION – Sólo música –
ACCION DE GRACIAS

– Te damos gracias Dios, Padre y Madre, porque nos acompañas en nuestro vivir esperanzado y nos ayudas a seguir contribuyendo en la construcción de una sociedad más justa y más humana, tan necesaria en estos momentos en que tanta gente está sufriendo por carecer de lo más elemental

Te agradecemos también ésta Celebración que supone un nuevo impulso comunitario en nuestro cristiano caminar en este tiempo de Adviento.

12.  CANCION Un pueblo que camina por el mundo        No. 50 pág. 44

13. AVISOS Y DESPEDIDA